Exploring Best Practices in Psychiatric Deprescribing and Patient Autonomy
Invitation to a Survey on Shared Decision-Making and Medication Use in Mental Health Care
Reading time: 2-3 minutes. Your input is important. The Spanish version of the post and the survey link are available below. La versión en español de la publicación y el enlace a la encuesta están disponibles a continuación.
In Spain, the debate on the prescription and deprescription of psychiatric drugs has gained increasing relevance in the context of the review of the 2025-2027 Mental Health Action Plan and international recommendations from the WHO and the UN regarding the reduction of coercive psychopharmacological practices. Alongside the growing recognition of the risks associated with long-term neuroleptic use, the new national plan emphasizes social determinants of mental health, underscoring the need for a more holistic, person-centered approach that prioritizes recovery, autonomy, and well-being. Despite this shift, deprescribing remains a challenge due to the lack of clear protocols, institutional resistance, and limited access to alternative treatments.
To address this issue, I am developing a new assessment instrument aimed at understanding how shared decision-making in psychiatry takes place regarding medication use and withdrawal, the implementation of deprescribing strategies, and their impact on patient well-being and autonomy. This survey does not only assess current practices but also presents a series of real-world, policy-relevant scenarios that invite professionals to reflect on best practices and the future of mental health care in Spain and elsewhere.
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How should deprescribing be approached when psychiatric symptoms were actually caused by undiagnosed metabolic or nutritional deficiencies, such as B12 deficiency, thyroid dysfunction, gluten sensitivity, anemia, and insulin resistance, or in cases of misdiagnosed conditions? How should mental health services respond when research reveals that patients were medicated instead of receiving protection and appropriate care for past trauma and abuse? Numerous studies have shown that victimization and experienced violence can be further exacerbated when a person is pathologized rather than provided with psychosocial support and protective measures. Assigning a psychiatric diagnosis without adequately analyzing the contextual factors can not only conceal the history of abuse but also reinforce the victim’s helplessness and increase their vulnerability, depriving them of credibility and limiting their access to legal and social resources for support and justice. In such cases, medicalization may become a form of institutional revictimization, making it harder to acknowledge the harm suffered and perpetuating structural patterns of abuse.
What measures should be taken to ensure that the withdrawal of neuroleptics in elderly individuals, children, or marginalized communities does not result in neglect or inadequate support, particularly in cases where medicalization has been used to conceal prior or ongoing experiences of violence and coercion, rather than effectively addressing them?
These are just some of the critical questions this study explores -questions that require urgent attention as Spain aligns its mental health policies with human rights-based, non-retraumatizing, non-coercive, and more effective approaches, ensuring care that is evidence-based and recovery-oriented.
I invite you to participate in the first testing round of this instrument, addressed to psychiatrists, clinical psychologists, mental health nurses, primary care physicians, pharmacists, social workers, and other mental health professionals.
Your participation and feedback is essential to ensure that the instrument is accurate, relevant, and useful. I greatly appreciate any comments and suggestions before its final nationwide distribution. Please feel free to share it within your professional circles if you find it relevant. The end results will be used for open-access scientific publications and the development of a policy brief, aiming to help improve clinical practice and decision-making in mental health care in Spain through research-based policies and guidelines.
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Thank you in advance for your support and for contributing to this collective effort toward a safer, more ethical, and evidence-based mental health care model.
En España, el debate sobre la prescripción y deprescripción de fármacos psiquiátricos ha cobrado una relevancia creciente en el contexto de la revisión del Plan de Acción en Salud Mental 2025-2027 y las recomendaciones internacionales de la OMS y la ONU sobre la reducción del uso coercitivo de psicofármacos. Junto con el reconocimiento creciente de los riesgos asociados al uso prolongado de neurolépticos, el nuevo plan nacional pone el énfasis en los determinantes sociales de la salud mental, subrayando la necesidad de un enfoque más holístico y centrado en la persona, que priorice la recuperación, la autonomía y el bienestar. A pesar de este avance, la deprescripción sigue siendo un desafío, debido a la falta de protocolos claros, la resistencia institucional y el acceso limitado a tratamientos alternativos.
Para abordar esta cuestión, estoy desarrollando un nuevo instrumento de evaluación que busca comprender cómo se lleva a cabo la toma de decisiones compartidas en psiquiatría en relación con el uso y la retirada de medicación, la implementación de estrategias de deprescripción y su impacto en el bienestar y la autonomía de los pacientes. Esta encuesta no solo evalúa las prácticas actuales, sino que también presenta una serie de escenarios reales y relevantes para la política de salud mental, invitando a los profesionales a reflexionar sobre las mejores prácticas y el futuro de la atención en salud mental en España.
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¿Cómo debería abordarse la deprescripción cuando los síntomas psiquiátricos fueron causados en realidad por deficiencias metabólicas o nutricionales no diagnosticadas, tales como deficiencia de B12, disfunción tiroidea, sensibilidad al gluten, anemia y resistencia a la insulina, o en casos de diagnósticos erróneos? ¿Cómo deberían responder los servicios de salud mental cuando las investigaciones revelan que pacientes fueron medicados en lugar de recibir protección y atención por traumas y abusos previos? Numerosos estudios han evidenciado que la victimización y la violencia sufrida pueden verse agravadas cuando la persona es patologizada en lugar de recibir apoyo psicosocial y medidas de protección adecuadas. La asignación de un diagnóstico psiquiátrico sin un análisis adecuado de su contexto puede no solo invisibilizar la violencia sufrida, sino que también puede reforzar la situación de indefensión y aumentar la vulnerabilidad de la víctima, al privarla de credibilidad y reducir sus posibilidades de acceso a recursos de ayuda y justicia. En estos casos, la medicalización puede convertirse en una forma de revictimización institucional, dificultando el reconocimiento del daño sufrido y perpetuando dinámicas de abuso estructural.
¿Qué medidas deben tomarse para garantizar que la retirada de neurolépticos en personas mayores, niños o comunidades marginadas no resulte en desatención o falta de apoyo adecuado, especialmente en aquellos casos donde la medicalización ha servido para ocultar situaciones de violencia y coerción previas o en curso, en lugar de abordarlas de manera efectiva?
Estas son solo algunas de las cuestiones críticas que explora este estudio, cuestiones que requieren atención urgente mientras España alinea sus políticas de salud mental con enfoques basados en los derechos humanos, no retraumatizantes, no coercitivos y más efectivos, garantizando una atención basada en la evidencia y orientada a la recuperación.
Os invito a participar en la primera ronda de prueba de esta encuesta, dirigida a psiquiatras, psicólogos clínicos, enfermeros de salud mental, médicos de atención primaria, farmacéuticos, trabajadores sociales y otros profesionales de la salud mental. Vuestra participación y retroalimentación son esenciales para garantizar que el instrumento sea preciso, relevante y útil. Agradezco enormemente cualquier comentario o sugerencia antes de su distribución final a nivel nacional. Si lo consideráis oportuno, os animo a compartirla en vuestros círculos profesionales.
Los resultados finales se utilizarán para publicaciones científicas de acceso abierto y la elaboración de un informe de políticas públicas, con el objetivo de mejorar la práctica clínica y la toma de decisiones en salud mental en España a través de políticas y directrices basadas en la investigación.
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Gracias de antemano por vuestro apoyo y por contribuir a este esfuerzo colectivo hacia un modelo de atención en salud mental más seguro, ético y basado en la evidencia.